martes, 10 de julio de 2007

SOLEDAD


Sentado en aquel banco
del parque solitario;
yo vi llorar a un hombre,
un hombre muy anciano.

Era un hombre mayor
curtido y encorvado,
que apenas si podía
manejar el cayado.

Eso que le servía
para estar apoyado,
y llevar ese cuerpo
que ya tenía agotado.

Tantas calamidades
el hombre había pasado,
que aquel cuerpo arrogante
se había desmoronado.

Estaba en aquel parque
quizás reflexionando...
lo que la vida a veces
nos tiene reservado.

El amor se ha perdido
estaba murmurando...
porque aquellos sus hijos
lo dejaban a un lado.

Pasó toda su vida
por ellos trabajando,
y estaba en soledad
muy triste y afectado.

Al ver que me acercaba
su rostro se ha secado,
esbozó una sonrisa,
y se agarro al cayado.

Paquita Sánchez Gómez

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