miércoles, 28 de noviembre de 2007

LA PLAYA



Tendida sobre la arena
yo veo la gente pasar,
unos están en la orilla
y otros mucho más atrás.

Yo soy de las que se bañan
pero yo no se nadar,
le tengo miedo a las olas
y no lo puedo negar.

Siento una paz infinita
cuando estoy junto a la mar,
y sus aguas cristalinas
son remanso de esta paz.

Por eso vengo a Salou
a esta playa a descansar,
para ver salir el sol
y poderlo contemplar.

Qué bonita es esta playa
con esta arena tan fina,
el aire la va moviendo
y con el sol se ilumina.

La ilumina con sus rayos
para darle resplandor,
para que la arena brille
como brilla el mismo sol.

Paquita Sánchez Gómez

miércoles, 21 de noviembre de 2007

LA SOMBRA


Era de noche, yo me encontraba en mi casa, y en mi cama; no se como ocurrió, fue una noche de eterna pesadilla.
Que supiera yo no tenía nada más que un enemigo; este vivía muy cerca de mi casa, solo tenía que cruzar la nacional uno y llegar a la calle Cuadrilla de Mendoza que era donde yo vivía.
Aquella noche se coló por la puerta o por la ventana; no sé por donde entró, pero se agarró a mi garganta con fuerza y creí morir, me dejó un momento, y me ordenó que me vistiera; pues había decidido mi muerte:El sitio de mi ejecución estaba lejos.

Le miré muy asustada, y enseguida le reconocí, seguía como siempre tan odioso y engreído que daba miedo.
Mi marido que dormía plácidamente junto a mí no se enteraba de nada, gritaba pero nadie me oía. Le pedí que me dejara coger un libro de los que tenía en la mesilla, me contestó que cogiera el que quisiera. Yo cogí un libro de poesías de José María Gabriel y Galán, el que me había acompañado desde pequeña, ese libro me daba seguridad, lo apreté junto a mi pecho y lo seguí.
Salimos a la calle y recuerdo que cruzamos varias avenidas hasta llegar a las afueras de la ciudad. Allí se encontraba una de las mayores fábricas, todo parecía una sombra, estaba todo tan oscuro que apenas si podía ver los bloques de pisos del barrio obrero que había quedado atrás.

Empecé a temblar y un pánico indescriptible se apoderó de todo mi ser. Me llevó como si fuera una hoja caída, y me puso junto a la pared. Lloré amargamente pidiendo que me concediera algunos días de vida para poder realizar algunos asuntos que tenía pendientes, le rogué que me diera tiempo para terminar de hacer mis cosas, y me dejara despedirme de los míos. ¿Qué diría mi marido cuando despertara y no me viera junto a él?. Seguía llorando viendo como pasaban imágenes de mi pasado. ¡Qué bonito era todo!. Ya apenas si podía seguir respirando. Me acordaba de mis hijos tan pequeños todavía y me preguntaba: ¿Qué sería de ellos sin mí?. En ese momento extendí mi brazo, cayó el libro de la mesilla y desperté. Cogí el libro con mucho cuidado para que mi marido no despertara y me volví a dormir.

A la mañana siguiente pensando en el sueño, decidí cambiar de piso y de zona, quería marchar lejos de mi enemigo; y así lo hice.
Pocos años después me enteré que mi enemigo había marchado a otra ciudad desde entonces respiro tranquila.

Mi pregunta es: ¿Quién era su enemigo?.

Paquita Sánchez Gómez

miércoles, 14 de noviembre de 2007

SALOU



Me encanta estar en Salou
es para mí una alegría,
me a la paz, y el amor
y también su fantasía.

Tiene al mar Mediterráneo
que baña toda su orilla,
y le deja grandes playas
para gozo de la Villa.

El paseo de Don Jaime
con sus palmeras altivas,
le dan un aire a Salou
entre moderna y antigua.

Entre sus acantilados
con esas piedras divinas,
las olas vienen y van
y se rompen en la orilla.

Tiene parques entre pinos,
tiene grandes zonas verdes,
la rodean los olivos
que le dan buenos aceites.

Tiene la antigua aduana
el Xalez o Varamar,
el muelle, la Torre Vella,
y el parque de la ciudad.

Es la fuente luminosa
de una belleza especial,
el monumento a don Jaime
es una belleza más.

Entre todas sus bellezas
la más preciosa aquí está,
es una joya divina
es: Santa Maria del Mar.

Todo Salou me emociona
y allí muy cerca del mar,
me fijo en Penya Tallada
y en la punta del Cavall.

Desde el cabo de Salou
miro la tierra y el mar,
y lo veo todo tan bello
que no me quiero marchar.

Le digo adiós a Salou
sin volver la vista atrás
dejando mi corazón
allí muy cerca del mar.

Paquita Sánchez Gómez

DESAMOR



Hoy miden mucho los hombres
la cultura y el dinero ,
se olvidan de muchas cosas
que las manda Dios del cielo.

Dios nos ha dado su amor
para amarnos como hermanos,
y en vez de seguir su ejemplo
no somos siquiera humanos.

El desamor es tan grande
que ni a los padres queremos,
no les queremos en casa
y acogemos a los perros.

Los animales hoy día
los tenemos bien cuidados,
pues tienen muchos derechos
que los hombres les han dado.

Les alojamos en casa
como si fueran humanos,
y luego a nuestros mayores
de nuestras casas echamos.

Son una carga tan grande
que no queremos tener,
porque no nos acordamos
de que nos dieron el ser.

Cuando ya no tienen fuerza
y quieren que le ayudemos,
le decimos muchas cosas...
y por fin que no podemos.

Que la Residencia es buena...
que allí les trataran bien,
que iremos a visitarlos
a donde quiera que estén.

La Residencia o Asilo
fue siempre para los pobres,
personas que nadie quiere
esas que no tienen nombre.

Pero hoy nada nos importa
todo en ellos nos molesta,
su presencia nos agobia
y eso es lo que más detestan.

Estamos siempre agobiados
con todo lo que tenemos,
ponemos muchas disculpas
porque nada comprendemos.

No comprendemos a veces
que cariño es lo que quieren,
y al negárselo sus hijos
eso es lo que más le duele.

No entienden porque a los perros
con cariño los tratamos,
y ellos al pedir afecto
se quedan abandonados.

Hay que tener compasión
y amor hacia nuestros padres,
debemos darle cariño
y con cariño cuidarles.

Si no quieres a tus padres
a Dios no puedes querer,
a ellos puedes abrazarlos
y a Dios tú nunca lo ves.


Paquita Sánchez Gómez