EL AVIÓN

De España a Francia fue volando
envuelta en su carcasa por la brisa,
de su interior brotaba una sonrisa
por lo mucho que estaba disfrutando.

Dejó la tierra y las ruedas fue plegando
se fue elevando con marcha muy precisa,
rompió las nubes para volar a prisa
mientras el viento lo iba acariciando.

Dejando atrás los ríos y los mares
con kílometros de bosques y sembrados,
para mezclarse con el vuelo de las aves.

Todo aquello le tenía fascinado,
viendo la mezcla de pueblos y ciudades
que desde arriba veía minimizados.

Paquita Sánchez Gómez

VIDAS ROTAS

Condenados a vivir aquel infierno,
prolongando la agonía desesperada
de aquel amor que voló a ciegas sin nada,
y para siempre dejó de ser eterno.

Todo era una ínfula, ya nada era tierno,
aquella mentira fue desenmascarada,
su voz y su palabra estaba silenciada,
por un mor que siempre estuvo enfermo.

Se apodero como cualquier cobarde
de la ilusión que ella siempre tenía,
en los planes que hicieron una tarde.

El juramento que hicieron aquel día
pasó a la historia sin hacer alarde,
quedando anclado en la misma geometría.


Paquita Sánchez Gómez

LOS AMIGOS

Pasó la vida con los amigos de Petrarca,
recorrió el mundo con ellos de testigos,
fueron para ella sus mejores amigos,
pues son los sabios de toda la comarca.

Fuente de sabiduría que la tierra abarca
dando enseñanza a nobles y mendigos,
si tu los cuidas siempre estarán contigo,
y en tu casa tendrás todo a la carta.

Encontraras siempre buenos consejos,
para vivir la vida todos son importantes
no los olvides, y llegaras muy lejos.

Ellos siempre serán tus mejores amantes,
podrás dejarlos, o cogerlos sin complejos,
pues no se enfadan, ellos siguen como antes.

Paquita Sánchez Gómez
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AQUEL VERANO

En aquella noche de un verano incierto
cuando el arroyuelo permanece ausente,
el canto del grillo se hace mas potente
dejando en el aire el dulce concierto.

Bajo las estrellas de un camino abierto
mirando hacía el cielo nada es diferente,
la luz la reflejan de Oriente a Occidente
con su resplandor todo esta cubierto.

Ante el calor la noche está confusa,
hasta el pensamiento parece que arde,
y el poeta espera que llegue su musa.

En aquel silencio no hay nada de alarde,
aunque la galaxia no es ninguna intrusa,
ante la mirada siempre llega tarde.

Paquita Sánchez Gómez