martes, 17 de junio de 2008

EL AIRE


A las puertas de la ciudad olvidada
clama la justicia con voz firme y potente,
recordando que no hay superviviente
ante la balanza que está desvencijada.

Solo quedan deidades de ciudad encantada
que extasían el cielo con voz elocuente,
recordando siempre aquel incidente
que pasó entre Ninfas en esa morada.

El aire se desliza serio y mudo,
entre el paisaje hasta el horizonte,
exhalando dulzor radiante y puro.

El oxigeno se extiende por el monte
limpiando el aire retrogrado y oscuro,
que vuelve a la ciudad como soporte.

Paquita Sánchez Gómez

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