
De España a Francia fue volando
envuelta en su carcasa por la brisa,
de su interior brotaba una sonrisa
por lo mucho que estaba disfrutando.
Dejó la tierra y las ruedas fue plegando
se fue elevando con marcha muy precisa,
rompió las nubes para volar a prisa
mientras el viento lo iba acariciando.
Dejando atrás los ríos y los mares
con kílometros de bosques y sembrados,
para mezclarse con el vuelo de las aves.
Todo aquello le tenía fascinado,
viendo la mezcla de pueblos y ciudades
que desde arriba veía minimizados.
Paquita Sánchez Gómez