martes, 15 de febrero de 2011

ALMA DESNUDA



Amaneceres violetas allá en la lejanía,
de aquella tierra azul como el espacio,
la joya mas hermosa que el topacio
viendo todo aquello mi amor se confundía.

Me sorprendió la quietud de la bahía
de las aguas fundiéndose despacio,
al entrar en la muralla del palacio
del libro abierto que yo nunca entendía.

Una raíz profunda muy dentro de mi mente,
me confundía con la sombra alargada
del ciprés que Delibes escribió sabiamente.

El viento ululaba en la hondonada
del pensamiento que fluye inteligente,
dentro del alma sensible y desgarrada.

Paquita Sánchez Gómez

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