Como barco vació que va a la deriva
el viento le mueve sin tener complejo,
va de un lado a otro como trasto viejo
dejando hacia un lado toda iniciativa.
Las olas le envuelven con prerrogativa
le tienden su mano le dan su consejo,
las aguas des nudas son como un espejo
en el que se mira y vuelve hacia arriba.
El lucero del alba le sirve de guía,
su mirada tiende hacia el horizonte
envuelta en un manto de melancolía.
Ha perdido el rumbo ya no tiene norte,
sigue en mar abierto con furia bravía
dejando su vida, su orgullo y su porte.
Paquita Sánchez Gómez
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