jueves, 29 de mayo de 2008

MISTERIO


Elevaste hasta el cielo la fatiga,
y el sudor te condujo a lo infinito,
de aquel Océano que tiene algo maldito
de la suma del mar y de la intriga.

El deber del honor a ti te obliga
a descubrir algo del hecho fortuito,
que con misterio alguien dejó escrito
en los archivos de aquella mano amiga.

Como si nunca hubieras descansado
y siguieras buscando eternamente,
entre las ruinas del cuerpo fatigado.

Tu pensamiento se mueve diligente
por entre la bruma va él muy confiado,
al comprender que es todo diferente.

Paquita Sánchez Gómez

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