jueves, 11 de febrero de 2010

HAITÍ


El temblor, desató el miedo y la locura,
aquel doce de Enero fué algo diferente,
la tierra se agitó, dejando aquella gente
bajo un cielo cargado de amargura.

Ante el pánico corrían con premura
de un lado a otro, vagando inútilmente,
por entre escombros, de la ciudad hiriente,
en la que muchos tenían su sepultura.

Triste ciudad y cima de los muertos,
tu llanto llega a todas las naciones
que se conmueven con tantos sufrimientos.

Tierra valiente que en muchas ocasiones,
has demostrado con nobles sentimientos
que nada vence a tus generaciones.

Paquita Sánchez Gómez

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