
Son retazos de una vida
que tuvo buenos momentos,
tuvo luces, tuvo sombras,
cargadas de sentimientos.
En su nacimiento tuvo
la luz con su resplandor,
acompañando su infancia
le alumbró y le dio calor.
El calor que da una madre
a él siempre le acompañó,
le guío por buen camino
y el mundo no le dañó.
Llegando a la adolescencia
las sombras se le acercaron,
le invitaron muy gustosas
y a otros mundos lo llevaron.
Entre las sombras se fue
a recorrer las ciudades,
y en ellas no vio la luz
pues le faltaba su madre.
Esa madre noble y buena
que le enseño a caminar,
enseñándole a ser noble
y también a respetar.
El respeto y la nobleza
lo llevara de por vida,
la educación de una madre
es lo que nunca se olvida.
Muchas cosas le han pasado,
unas malas y otras buenas,
unas que causan dolor,
y otras que quitan las penas.
Los años se van pasando
sigue buscando la luz,
y las sombras le persiguen
como si fueran su cruz.
Deja las sombras a un lado,
no mires nunca hacía atrás,
piensa solo en el presente
que el futuro ya vendrá .
Paquita Sánchez Gómez
No hay comentarios:
Publicar un comentario